sábado, 17 de mayo de 2014

Editorial - LA ESPERANZA: FE, ESPERANZA, CONFIANZA

  Albino Luciani, el patriarca de Venecia que fue Papa durante un mes y unos días con el nombre de Juan Pablo I, transcribe en uno de sus libros un párrafo muy original del escritor francés Charles Péguy sobre la esperanza:
  “La fe de los hombres no me admira –dice Dios-, no es nada sorprendente: resplandezco de tal manera en mi Creación, que para no verme, esta
pobre gente tendría que estar ciega. La caridad de los hombres no me admira –dice Dios-, no es nada sorprendente: esta pobres creaturas son tan desgraciadas que, si no tienen un corazón de piedra, no pueden menos de sentir amor unas por otras. La esperanza, ¡esto sí que me admira!”
  Lo que dice Péguy tiene mucho de verdad pero… ¿por qué? ¿Será la esperanza en sí virtud tan admirable, o lo que sucede es que no abunda?
  Vivimos hoy tiempos complicados para hablar de esperanza, y no sólo en el terreno de la fe religiosa. El panorama, visto en conjunto, es desalentador, y abarca desde la falta de horizontes de tantos niños y adolescentes víctimas de la injusticia social, hasta la desesperación de padres y educadores ante la violencia juvenil, tan ligada a la ausencia de motivaciones e ideales.

  Entretanto, los profesionales de la salud mental que se ocupan de la depresión –esa oscuridad difícil de combatir y a veces, inexplicable-, ganan cada día más clientela.
  Hace poco, el Papa Francisco nos dirigió a los integrantes de grupos cristianos unas palabras muy enérgicas y muy oportunas: nos instó a dejar de “mirarnos el ombligo” (consejo que ya usaban nuestras abuelas para prevenir la “melancolía” de la gente joven) y salir a la calle para ayudar a los demás. Se trata de una caridad que debe ir mucho más allá de no tener un corazón de piedra: la generosidad que nos transforma en personas abiertas, confiables, que saben ser  apoyo y seguridad para muchos.
  Estamos llamados a convertirnos en signos de esperanza. Sólo así esta virtud, sin dejar de ser admirable, será también un poco menos escasa.  

                                        La Redacción

No hay comentarios:

Publicar un comentario