jueves, 19 de diciembre de 2013

Antorchas de luz, caminos de salvación

Por X

  El Cristiano debe volver a tomar posición sobre los asuntos públicos, debe hacer valer sus opiniones,  partiendo siempre desde el respeto y la tolerancia.

            Ya no podemos quedarnos callados, haciendo eco de una persecución que no es tal, sino que por el contrario forma parte de nosotros mismos. Es nuestro orgullo e incapacidad para dar testimonio lo que no nos permite salir de nuestras Iglesias, es nuestra intolerancia la que nos calla y es nuestro poco compromiso el que nos persigue.


  La Religión, hace bastante tiempo, dejo de ser cosa de grandes teóricos y de los sacerdotes, hoy el compromiso del laico es mucho más fuerte, debemos ser mensajeros en el lugar donde nos toca, pero para ello tendremos que comprender nuestra misión;  “Los bautizados, en efecto, son consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu Santo como casa espiritual y sacerdocio santo, para que, por medio de toda obra del hombre cristiano, ofrezcan sacrificios espirituales y anuncien el poder de Aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz” (Primera Carta de Pedro).

Te invito a pensarte, y a pensar sobre la educación

Por Juan Pablo Olivetto Fagni


Antes que nada voy a dejar en claro mi intención: escribo porque es un excelente ejercicio para expresar y para ordenar mis ideas, escribo para ser leído y que gusten y/o critiquen lo que escribo, escribo para hacer pensar; pero sobre todo escribo movido por un anhelo, que es que podamos articular diversas instituciones o grupos de personas, con diferentes y hasta “antagónicas” formas de pensar y de ver el mundo, generando espacios de encuentro, de diálogo y de construcción, para un cambio social, un cambio de las estructuras de muerte, por estructuras de vida.



La Luz vino al mundo... y los Scouts la repartieron...

Por Juan Ignacio Salgado

“…y la Luz vino al mundo, pero el mundo eligió las tinieblas”… pero no siempre, pero no todos. Por suerte existe un grupo de hombres y mujeres dispuesto a recibir la Luz y compartirla, haciendo eco de las palabras del Salvador, que dijo a sus discípulos “ustedes son la Luz del mundo”.


Desde hace más de 20 años los Scouts del mundo, comparten una tradición muy especial para anunciar la llegada del Salvador. Esta comenzó en  1986, cuando un niño perteneciente al Movimiento Scouts de Austria, peregrinó por primera vez  a Belén, en busca de la Luz que permanece encendida en la gruta que brindó abrigo al Divino Niño la noche de la primera Navidad, en donde, con el nacimiento de Jesús se anunció la Paz al mundo.

“HÁGASE LA LUZ”



Por  Nora Pflüger

 Al comienzo, eran las tinieblas. Y Dios dijo “Hágase la  luz”. Por su Palabra, existe la primera creatura: limpia, pura, sin mezcla, sin contaminación, nacida directamente del Creador. Es un milagro y no nos damos cuenta. Cuando queremos definirla, escapa a todos nuestros razonamientos.

El libro del Génesis, con el que se inicia la Biblia, continúa diciendo:“ Y hubo tarde y hubo mañana: día primero”. (Génesis 1, 5). Se inaugura así el ciclo de la rotación de la Tierra, y con él, ese otro dolor de cabeza para los sabios: el tiempo.

Sombras

Por Francisco Andrés Flores

Todo obstáculo a la luz produce sombras.


  Y, a partir de allí, ellas existen, colgando de los objetos, siempre en dirección contraria a la fuente de luz; existiendo en otro, nunca por sí mismas.
De esta evidencia, comprobable a simple vista, aprendemos que las sombras, aunque existan, son una privación; como tantas cosas que son eminentemente ausencia, pero no por ello dejan de existir o ser algo (como el hambre, la enfermedad o la calvicie).  Desde la gnoseología hasta la teología, y desde la poesía hasta el lenguaje común, la metáfora de las sombras aclara (u oscurece) un sinfín de materias.  Pero donde más brillo (o mejor dicho más opacidad) ha tenido la referencia a las sombras, es en el tema del mal.  No hace falta hablar mucho al respecto: basta recordar nomás la comparación de San Agustín, en la cual el bien es como la luz, y el mal como la oscuridad (éste, no el opuesto, sino la privación de aquel).  Claro que quien recibe una agresión (algo que es evidentemente malo), por ejemplo un ladrillazo, no percibe esto como privación sino más bien como exceso, como algo claramente contundente. Igualmente podemos intuir que, en el origen de tal agresión, hay una carencia previa, sea de respeto, amor, entendimiento o simplemente cordura: entonces, no es ilógico pensar que toda acción mala tiene, al menos en su origen, algún tipo de carencia; y que todo mal adolece, al menos en su causa, de algún tipo de privación.

Inmigrantes

Por Cecilia López Puertas





No cuento más que fronteras
hacia cualquier dirección. 
Mi estrella fue de tercera,
no mi sol. 

Mi cuerpo reta mil leyes
para cambiar de lugar. 
Mi sueño, rey entre reyes, 
echa a andar.

(Fronteras, Silvio Rodríguez)




Humor por Cris.

Por Cristian Camargo