Señor, que nuestra vida sea
arcilla blanda entre tus manos,
para que Tú puedas formarla,
formarla a tu manera.
Coplas del yaraví
Por Daniel Rojas Delgado
Foto de Adrián Linares, en Unplash |
Las primeras palabras de una criatura, el primer amor o el primer empleo son hechos que marcan un antes y un después, pero no condicionan necesariamente su vida. Esos primeros pasos señalan apenas un momento histórico de la persona, no predeterminan su destino. El punto es debatir hoy cuáles son las banderas, posibilidades o motivaciones que le ofreció primero el universo adulto al mundo joven.
Hay gente que reza/llora en la iglesia porque todo está perdido y no vale la pena confiar en esta juventud tan cambiante. Quienes trabajamos con jóvenes podemos decir que son personas valiosas, con un corazón dispuesto a actuar, a plantar banderas y a enfrentar injusticias; y quienes digan lo contrario no merecen trabajar con y por ellos —por más duro que parezca decirlo así.