jueves, 20 de mayo de 2021

¿Qué hace una santa en la Argentina? ¿Huye? (Parte 2)

por Selene Peschel

Presentamos la segunda entrega de los “Hombres y mujeres que engrandecieron a la Argentina”. 


Hoy llega el momento de una chica: María Crescencia Pérez, ella nos hace repensar algunas cuestiones argentinas ¿Por qué?


 Porque la santidad muchas veces es hacer lo que se debe hacer en el lugar que se está, y si ese lugar es Argentina, allí hay que sembrar. La vida virtuosa de un santo siempre transformó la realidad allí donde le tocó vivir. Por ese motivo, revisar la vida de estos futuros santos argentinos nos puede inspirar a cómo transitar en esta Patria tan castigada pero llena de posibilidades.

 

Aquí a modo de gráfico aquellas semillas que nos dejó a los argentinos. 



Breve reseña: María Crescencia Pérez (1897- 1932)


Siendo religiosa de las Hermanas del Huerto enseñó catecismo y dio clases de labores a las alumnas del colegio de su congregación, las Hermanas del Huerto en Buenos Aires. En el Sanatorio Marítimo de Mar del Plata atendió a pacientes con tuberculosis ósea y se encargó de su educación. 


Con una salud cada vez más débil por una afección pulmonar no dejó de trabajar por los enfermos, sin una queja. Fue trasladada a Vallenar (Chile) para que su salud mejore y allí siguió atendiendo a enfermos en el hospital Nicolás Naranjo. 


 Falleció dejando numerosos signos milagrosos y un perfume de violetas que anticiparon su santidad. Sus restos se encuentran en la ciudad de Pergamino (Bs. As) y es beata, esperando pronto un milagro para ser considerada una santa argentina. 

En la próxima edición de Revista X, el beato Ceferino Namuncurá.