sábado, 15 de marzo de 2014

Que bonita vecindad

El chavo es un personaje que vive en la conciencia y en la mente de cada uno de nosotros, todos alguna vez han visto a la vecindad y se han reflejado  en algún personaje o reído de él, por ello, decidí describir con gratitud ese consorcio de propietarios que juntos conforman una bonita vecindad.

Por X

- Comenzaré por el principal, el Chavo.
El chavo vive en un barril, no tiene familia y solo ostenta un grupo reducido de gente amiga, vive de la limosna y de lo que consigue limpiando vidrios en la calle.
Mi amigo, sufre en carne propia la adicción por las tortas de jamón, él las consigue en una cocina de su ciudad-donde poco se vigila y donde mucho pasa-, se vuelve loco por ellas. La policía lo ve siempre y de vez en cuando le hacen alguna visita.  El chavo, suele hacerle mandados al comisario para así comer más tortas o incluso algún refresco de tamarindo. 
El comisario es un hombre de bien, que se supo ganar su comisaria, la mejor de todas, la que queda en el centro de la ciudad, cerca del teatro y de la plaza. Como por arte de magia se cuenta que sabe hacer desparecer muchas cosas o hacer que aparezcan en otro lado-. Pero bueno, no me voy a detener en el policía, él ya tendrá su espacio en estas hojas.

Vuelvo al chavo…Este pibe sabe que tiene acceso a la vivienda, sabe también que las leyes y el mundo de los grandes legisladores de Washington le han otorgado derechos  por su sola condición de niñito, esto lo sabe porque, amén del barril, se ha juntado con revolucionarios de verdad que le han leído la norma, que le afirmaron que la Constitución los ha receptado y hasta incluso, que establece esa prerrogativa liberal de la propiedad y el acceso a la vivienda digna. Él gracias a Dios lo sabe todo, como dije, estos revolucionarios tienen un taller y de ahí salen los futuros rebeldes.
Como verán, mi compañero vive de la limosna, sobrevive el día a día trabajando para poder zafar. No pudo conocer a sus padres, ve en la esquina su grupo de referencia y en la vecindad un lugar de integración.

- El señor Barriga.
El Sr. Barriga es un gran empresario, tiene la inmobiliaria más grande e importante de la ciudad, con sus amigos saben jugar al golf, ir de fiestas en fiestas, ellos están contentos porque se dan cuenta que pueden manejar los precios de los alquileres. Se podría decir que son los garantes del art.14 bis C.N., los referentes del art.17 C.N. y quienes pueden colaborar para que vos o yo podamos tener nuestra casa o alquilar nuestro primer departamento.
No obstante ello, cuando conviene el Sr. Barriga permite la deuda o es permisivo en el pago de la renta. Eso generalmente ocurre cuando observa la posibilidad de entregar a un amigo o conocido algún departamento sin ocupar.
Es muy amigo del intendente, con él se diagraman los nuevos planes de urbanización y se aceptan, con una buena ordenanza, la construcción donde no se es permitido.

- Doña Florinda.
Es la madre de Kiko, es soltera y cobra una pensión derivada. Se ha mantenido con la fuerza que una mujer puede hacerlo, apostando por su familia y creciendo día a día en el amor.
Florinda, sufrió el deceso de su marido y padre de Kiko durante el embarazo, su madre y sus amistades le recomendaban el aborto, ella siguió a pesar de todo. Hoy demuestra ser una excelente mujer, trabajando y tratando de ser ejemplo de lucha, verdadera lucha de mujer, lucha por la vida.

- Kiko.
Es el hijo de Florinda y amigo del chavo.  A pesar de su realidad trata siempre de ayudarlo, sin embargo, su condición-de niño bien- a veces lo hace renegar y pelearse con su amigo.
Es explorador de Don Bosco, vive esperando los sábados y domingos para compartir con ellos y sus animadores excelentes fines de semana, ahí entendió su realidad y se pudo acercar a la fe.

- Don Ramón.
Este hombre es desocupado como el chavo, vive de mendigar y ocupa el inmueble que habita con su hijita. El Sr. Barriga le permite esto a cambio de colaborar en la causa del intendente y de su organización política “10 de diciembre”.
Es fanático del fútbol y participa de la barra brava de su equipo, con ellos van a la cancha de local o visitante, manejan los estacionamientos y venden entradas, la que comparten con el líder más una colaboración al comisario.

- Doña Clotilde.
Jubilada del Ministerio de Educación, cobra una jubilación pequeña en relación a lo que percibe un empleado en actividad, quizás será porque su gremio-una gran central gremial- siempre cierra los salarios “en negro”.

- El Profesor Jirafales.
Hoy por hoy, el “profe” no puede dar clases porque fue acusado de abuso sexual, un juicio iniciado por unos padres con dos elevaciones a juicio y que lleva más de 6 años sin resolver. Este maestro, convencido de su inocencia, sufre el desempleo y el desamor de Florinda, quien enterada de lo que ocurrió, lo dejó de invitar a tomar su taza de café.

- El cartero.
Algunos dicen que murió y otros afirman que no, todavía sigue siendo un misterio.
Hasta aquí algunos de los integrantes de la vecindad, seguramente no entendiste nada. Pero sencillamente lo que quise describir son algunas de las situaciones cotidianas que se dan en la sociedad. Creo que no podemos seguir mintiéndonos y dejando pasar lo ocurre:
El negocio de las inmobiliarias imponiendo precios y manejando las sumas de dinero que manejan, los poderes políticos atrás de cada uno de sus actos.
La policía, no toda, vive envuelta en un manto de sospecha, muchas veces convive con el delito y hasta a veces lo genera. Sigue en mi memoria Luciano Arruga y Miguel Bru como así también, los “chavos” que día a día sufren su persecución.
Los jubilados, que si bien es cierto que su condición ha mejorado, continúan perdiendo espacios y quedando a la cola de los reclamos salariales.
Las barras bravas y las organizaciones políticas que viven de la pobreza y las mafias.
Los chavos, nuestros pibes, en el medio de toda esta mierda. ¿Cuánto más tenemos que trabajar para ayudarlos? ¿Cuánto más esfuerzo hay que hacer para colaborar con su vida? Ellos, como todos los demás, merecen de nuestro compromiso. La solidaridad que pretendemos debe ser concebida como un compromiso serio por el otro, debe permitirnos ver la realidad en la que vivimos y denunciarla, no podemos estar callados ante las injusticias, no podemos acostumbrarnos, debemos gritar, como Pepino:  ¡La mafia es una montaña de mierda!

La solidaridad es un compromiso por el otro y una lucha constante por contar la verdad. La verdad para mí es Dios, es la cruz y la resurrección, es la solidaridad de un Dios que se hizo hombre y vivió por nosotros.
Aprovechando el espacio y el blog, les agrego un link a una hermosa canción sobre un gran periodista, de un gran poeta-Daniel me metí en tu quintita…cuidado ehh-.
http://www.youtube.com/watch?v=uKJVyNqn5Uk

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