sábado, 22 de febrero de 2014

La melancolía del cristiano, las rodillas y el amor por la cruz

“Dos son los ardides principales con que el demonio suele alejar a los jóvenes de la virtud. El primero consiste en persuadirles de que el servicio del Señor exige una vida melancólica y privada de toda diversión y placer. No es así, queridos jóvenes, voy a indicaros un plan de vida cristiana que os pueda mantener alegres y contentos…”(Don Bosco, el Joven provisto para la práctica de sus deberes y de los ejercicios de la piedad cristiana).

Por X

En base a esa premisa voy a plantear el tema que nos compete, la alegría.
 Muchas veces escucho a jóvenes católicos y a muchos curas decir “carga tu cruz” “esa es tu cruz”, hacemos del sufrimiento y de la melancolía nuestras profesiones de fe, al parecer, el cristiano es cristiano en la medida que sufre. Caras tristes al momento de comulgar, grandes sacrificios en cuaresma, pequeños sacrificios en tiempo ordinario, ningún sacrificio en navidad y pascuas.

LA CRUZ MAPUCHE, la cruz y la resurrección.
Otra de las grandes frases es “ofrécelo”, sí!! Ofrece al señor ese cáncer,  esa muerte, ese dolor, pero nunca decimos, ofrece al señor esa alegría, ese momento que cambio tu vida, ese día que descubriste algo nuevo o sentiste a tus amigos bien cerca. Ese ofrecimiento, parece que no sirve.


Por todo esto, creo que las palabras de Don Bosco tienen mucha actualidad, hoy hay muchas cosas para sufrir, muchas cosas para estar mal, muchos de nuestros pibes se pierden en la droga, muchos de nuestros hermanos, pequeños burgueses universitarios, piensan en la despenalización como solución, nuestros pibes tienen hambre, nuestros pibes no tienen rumbo…y nosotros, ¿seguimos cargando la cruz? ¿Seguimos con nuestros problemas emocionales? ¿Seguimos discutiendo si la eucaristía se toma de rodillas o de pie? ¿No vemos al resucitado? ¿Preferimos nuestro dolor individual que la resurrección de nuestro hermano?

El cristiano, debe estar alegre. Debe ver al resucitado caminando por la calle, salir de la tentación de la cruz y de la melancolía, afuera tenemos todo, sol, plaza, colegio, facultad, café, mate, etc. Afuera tenemos nuestra vida, tenemos nuestra misión, salir al encuentro de la cultura, encontrar sentido a la vida, disfrutar de lo que tenemos. Parezco un pastor meloso, pero es lo que siento, mi experiencia personal así me lo indica, varios años al cuete dejando pasar muchas cosas hasta que en una casa salesiana encontré amigos y encontré misión, hoy en el Proyecto Pibe estoy verdaderamente a gusto, sufro a veces, pero la sonrisa del manzana, las locuras de Roberto o las orejas y las simplezas de Cesar me hacen ver algo distinto.

Ojo, no quiero decir que es preciso olvidarnos de nuestros problemas, sino que es muy importante buscar solucionar los de los demás.
Para cerrar, creo que resulta oportuno buscar la alegría que nos hace valorar nuestra fe, buscar los momentos en que somos verdaderamente felices y con esos tirar para adelante.
La tristeza de una vida sin sentido, de una vida sin ideales y  la crisis de la cruz se terminan en el amor, se agota con la caridad, en la resurrección. Cuando pueda darme cuenta de eso voy a ver todos mis problemas de otra manera porque hay alguien en la tierra que sigue y piensa en mí.

Creo que Charly Garcia escribió o cantó dos canciones;  viernes 3 am y hay alguien en el mundo que piensa en mí, las dos caras de la única solución, pensar en el otro, comprender su dolor, colaborar en su vida, sabiendo que en él se refleja Dios.

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