sábado, 18 de octubre de 2014

El turista que perdió la lengua

Por Daniel Rojas Delgado*

Con motivo del Día del Respeto a la Diversidad Cultural (ex Día de la Raza), una reflexión acerca de lo cerca o lejos que está la Argentina de dignificar con hechos a las culturas indígenas. 

Federico Braian Iván, turista de profesión, se fue a un país lejano con sus zapatillas deportivas, su iPhone y unas gafas que parecían haber sido fabricadas para él. Ni bien llegó, la policía del pensamiento le incautó el pasaporte y la sonrisa cuando le indicó que no tenía que hablar en su propia lengua
 —Solamente en el idioma oficial —el uniformado pronunció “oficial” con firmeza y elegancia al mismo tiempo.
Federico intentó discutírselo, pero no pudo hablar: ya no le salía. ¿Pero por qué no podía hablar? ¿Acaso la atmósfera de ese mundo radicalmente desconocido había atemorizado tanto a Briain como para bloquearle la lengua?
Después, a punta de flecha, el policía lo invitó a comer e Iván no pudo decirle que no —ni siquiera sabía cómo se decía que no en el idioma local—. Menos aún cuando el uniformado lo amenazó con el gesto de quitarle los ropajes culturales que llevaba en su bolso.
Ahora imaginemos que Federico Brain Iván no es turista, ni se fue a otro país, sino que solamente se asomó a una gran ciudad y le pasó todo esto.

*          *          *

—Mirá, gordo, aprendió a caminar…
—Con esta ampliación de la red de agua potable, los vecinos van a poder…
—Al menos en Twitter, el Papa se convirtió en el líder internacional más…
—Está bien. Las acompaño a McDonald´s pero me pido una ensaladita de…
—¿Cuándo viste vos un indio hablando por celular?
Acá la sucesión de progresivas imágenes cotidianas se corta y la película se detiene. La paradoja aparece de la nada: todos tendríamos derecho a mejorar, a cambiar, a transformarnos, pero los indígenas no. Porque muchas veces, para el sentido común o la opinión pública(da) eso no se puede aceptar.
What the fuck? ¿Por qué los estereotipos de indígenas (indios, aborígenes, pueblos originarios) nos remiten generalmente a los manuales escolares, es decir a los taparrabos, las plumas y las pinturas de tiempos remotos? Elementos que, ¡ojo!, hasta podrían tener cierto paralelismo con los bikinis, los sombreros y los tatuajes de hoy.
Por evidente que parezca, es necesario decirlo, escribirlo, memorizarlo: los indígenas que nacieron en la Argentina son argentinos, son ciudadanos, ¡son humanos latinoamericanos! Desde hace 20 años, la Constitución Nacional pregona “reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos” o “garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural” (art. 75, inc. 17). Los casos que demuestran que ocurre todo lo contrario abundan, aunque hay excepciones. Es imposible negar que existan algunas escuelas bilingües, talleres de artesanía o medios indígenas, por mencionar algunas experiencias fortuitas, pero son insuficientes.
George Orwell, en su libro “1984” [cuna de la idea de un Gran Hermano controlador] habla de un partido hegemónico que propone como lengua oficial de Oceanía el “neohabla”. Entre otros puntos a destacar de la obra, la referencia a la memoria histórica es uno de ellos:
“…echar al olvido lo que conviene olvidar, para luego volver a recordarlo en la ocasión propicia y a renglón seguido relegarlo una vez más al olvido; y por encima de todo, aplicar idéntico procedimiento al procedimiento en sí”.
El revisionismo es importante, pero que tampoco sea puro revisionismo o pura memoria proclamativa, sino que se encarne en hechos concretos para evitar cometer errores demasiado similares. Porque una inclusión real y dignificante para los indígenas es tan urgente y tan necesaria, tanto como si Federico Braian Iván fuera cualquier de los que lee este papiro electrónico. En el siglo XXI, aprender a mirar con ojos más respetuosos y menos estereotipados es un desafío estupendo.


* Es casi licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional de La Plata, título que espera obtener —él y sus compañeros de grupo— con una tesis audiovisual sobre un grupo de artesanos tobas de La Plata.

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