sábado, 16 de agosto de 2014

Editorial - NIÑEZ: RECUPERAR EL SIGNIFICADO DE SER NIÑO

Sinceridad, diafanidad, confianza… atributos del niño, que podemos leer en la pureza de su mirada, y que nos despiertan el anhelo por un mundo más limpio, más recto, más íntegro que éste.
  Jesús habló claramente de hacernos como niños para entrar en el Reino (Mateo 18, 3). Y un educador del siglo XX recomendaba a las personas rígidas, reprimidas en sus emociones o con dificultades para expresarlas, “tratar mucho con  niños” o con personas que se parecieran a ellos.
  El niño es también un signo de esperanza en que la humanidad siga habitando en esta Tierra. Incluso para los padres de un hijo ya crecido, ese joven o adulto que alguna vez fue niño en sus brazos representa para ellos una señal que apunta hacia el futuro. Quienes conocen las profundidades humanas, afirman que no hay dolor más grande que la muerte de un hijo, tal vez porque al sufrimiento de la pérdida se suma la sensación de que la vida se trunca justamente allí donde tendría que continuar.
  En este agosto en el que, en medio de una nube de ofertas comerciales y venta de pochoclo, hemos festejado, bien que mal, el “Día del Niño”, nos convendría reflexionar sobre el verdadero sentido de la infancia y recordar además que el hombre, entre todos los seres de la Creación, es el que permanece de algún modo siempre niño, porque todos los días tiene algo nuevo que aprender.


  La Redacción 

No hay comentarios:

Publicar un comentario