Por X
La
necesidad imperiosa de ser testigos del príncipe de la paz, nos indica que
debemos bregar siempre por la humanidad trabajando como María (ver texto de Nora),en silencio y
humildad, formando verdaderas comunidades de vida.
Hoy
más que nunca desde el Cristianismo nos vemos obligados a luchar por la paz,
quizás sea ese nuestro principal desafío, no podemos ser discípulos de Cristo
con un arma en el bolsillo.
Por
el contrario, los bautizados deben ser hombres y mujeres que hagan de sus vidas
una forma permanente y constante de amor al prójimo y caridad.
Para ello, entiendo que para
alcanzar tal objetivo existen tres grandes herramientas; el encuentro, el
dialogo y la caridad.
1-
ENCUENTRO. El primer pasó, salir en busca del otro y no esperar un gesto como lo
hicieron en Emaus para ver a Dios, HOY DIOS ES EL OTRO.
El
primer encuentro debe darse dentro de la Iglesia Católica, donde en el último
tiempo se han conformado grupos nacionalistas, reaccionarios que piensan que su
perdición-su fe- debe ser la del mundo entero, con ellos hay que ser taxativos,
Dios es Amor y en el amor de Dios la violencia no coincide con la Fe.
Aquí,
es necesario un compromiso especial de los Obispos y Sacerdotes condenando
cualquier acto de transgresión a estos principios, exhortando la conversión en
el amor y proponiendo espacios donde los laicos puedan crecer en la paz.
El
otro gran encuentro es en la calle, especialmente con la gran cantidad de
niños, niñas y adolescentes que se encuentran en situación de riesgo, la
violencia en la que viven no es producto de su naturaleza sino que por el
contrario, es consecuencia de una voluntad política fogoneada por los medios de
comunicación, ellos no son el problema somos nosotros, que incapaces de darles
los espacios necesarios para demostrarles que son parte del estado y
emanciparlos del odio, las drogas y las estructuras clientelares, preferimos el
conformismo de decir que son “Pibes Chorros” al trabajo de entenderlos y darles
otras oportunidades.
Aquí,
por mi experiencia personal, resulta
imperioso cortar con las redes conformadas por políticos y comisarios de la
región que son los que los explotan y los conducen a una pobreza “generacional” generando sujetos condenados a la violencia estructural.
Asimismo,
en la calle nos encontramos con otro grupo de riesgo, el peor de todos, los
jóvenes de clase media y alta-burgueses y pequeños burgueses, pibes bien,
sujetos que ven en el gimnasio, la moda, el hedonismo, el alcohol y las drogas
su norte, a estos muchachos, muchos de ellos integrantes de escuelas religiosas
y privadas, hay que mostrarles que la violencia en la que viven los va a
conducir a una muerte temprana y no hablo de una muerte natural sino una muerte
espiritual, imposibilitándolos de conformar una vida plena en el amor y la
caridad.
Para
finalizar, como vemos, en el encuentro con el otro nos encontramos con nosotros
mismos, veremos que muchas veces somos incapaces de conformar espacios de
diálogo, que muchas veces somos y nos comportamos con violencia, que en muchas
oportunidades nos dejamos llevar por el materialismo, por ello, considero que
para salir en búsqueda de los demás, hay que encontrarse con uno mismo y
observar cuantas veces vivimos en el odio y el rencor.
2-
DIALOGO. El dialogo, no es simplemente una charla, el dialogo debe ser
entendido como la oportunidad cierta para que dos personas intercambien
opiniones y de ellas salga algo productivo para ambos.
Con
el dialogo, lo que buscamos es entender al otro, observar que nuestras ideas no
son siempre las más interesantes ni las únicas, con esta herramienta se
complementa el encuentro, afianzando las relaciones humanas y conformando una
verdadera comunidad.
El
dialogo nace de la escucha, oír al otro hace que podamos saber que opina y
siente, escucharlo para saber que piensa y necesita, muchas veces y en muchas
oportunidades supeditamos las necesidades de los demás a lo que nosotros
consideramos que necesita, tal es así, que cuando un niño nos pide dinero le compramos
un alfajor, afirmando que eso le va a hacer mejor que la plata, pero no
pensamos que ese niñito esta mendigando desde temprano y que hubo varios
iluminados como nosotros que le compraron alfajores, por eso, primero escuchar
luego, si está a nuestro alcance, colaborar.
A
partir de la escucha vamos a complementar al encuentro, ya no solo vemos al
otro sino que ahora sabemos que es lo que añora.
3-
CARIDAD. La última gran herramienta es en la que se fundamenta nuestra fe, la
caridad es amor, amor como el de Cristo, Dios se encarnó y se entregó por
nosotros, sin chistar, aceptando la voluntad del padre.
Esta
virtud teologal, representa el fin de este texto. Quizás pudo haber sido el
comienzo o quizás podría haber sido la única, sin embargo entiendo que resulta
el final de nuestra vida, no podemos ser una ONG piadosa dice el Papa, nuestro
apostolado no se fundamenta solamente en las buenas intenciones sino que busca
un encuentro y un dialogo, nuestro apostolado es el resultado necesario de esas
dos herramientas, nuestro apostolado es y deberá seguir siendo el amor en la
caridad porque Dios es amor “Deus Caritas Est”.
Dios es el otro, porque sin
misericordia, amor y respeto jamás vamos a poder forjar la paz.
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