jueves, 19 de diciembre de 2013

La Luz vino al mundo... y los Scouts la repartieron...

Por Juan Ignacio Salgado

“…y la Luz vino al mundo, pero el mundo eligió las tinieblas”… pero no siempre, pero no todos. Por suerte existe un grupo de hombres y mujeres dispuesto a recibir la Luz y compartirla, haciendo eco de las palabras del Salvador, que dijo a sus discípulos “ustedes son la Luz del mundo”.


Desde hace más de 20 años los Scouts del mundo, comparten una tradición muy especial para anunciar la llegada del Salvador. Esta comenzó en  1986, cuando un niño perteneciente al Movimiento Scouts de Austria, peregrinó por primera vez  a Belén, en busca de la Luz que permanece encendida en la gruta que brindó abrigo al Divino Niño la noche de la primera Navidad, en donde, con el nacimiento de Jesús se anunció la Paz al mundo.


Esta peregrinación en busca de la “Luz de la Paz de Belén” se repite año tras año, llevando esta Luz encendida como símbolo de esperanza que se comparte y se reparte, porque cuando este niño vuelve a Austria allí lo esperan scouts de todo el mundo que van en busca de este hermoso regalo para llevarlo cada cual a su lugar y así regar la luz de Cristo, Luz que es Fe, Esperanza y Amor,  por toda la Tierra.
En nuestro país se realizó esta ceremonia de entrega en muchas ciudades, y nuestra querida ciudad de La Plata no fue la excepción. Los Scouts platenses hicieron entrega de la Luz de Belén en un Campamento organizado por la Copasca Diocesana (Comisión de Pastoral de Scouts Católicos) en la Parroquia San Benito en Olmos.

Allí durante la tarde del sábado 7 de Diciembre los chicos hicieron diferentes actividades en las calles del barrio. Las Ramas más pequeñas, Manada (7 a 11 años) y Unidad (11 a 14 años), caminaron por las calles visitando las casas y comercios regalando guirnaldas navideñas y pesebres hechos por ellos mismos, mientras que los scouts mayores, Caminantes (14 a 17 años) y Rovers (17 a 21 años) visitaron los Hogares de ancianos San Benito y Portal del Sol,  y el Hospital Especializado San Lucas, en donde compartieron un tarde de juegos, música y alegría con los abuelos y  los pacientes.


Por la noche reunidos en torno el fogón, signo de fiesta y encuentro predilecto, el Padre Osvaldo Ballare, Capellán Diocesano del Movimiento, realizo la entrega de la Luz de la Paz de Belén a los Distintos Grupos, encendiendo las velas y candiles directamente de la fogata,  porque ese gran fuego que ardía esa noche entre los jóvenes no era otro que el mismo fuego que arde en la gruta de Belén, y que hoy como hace más de 2000 años nos congrega para celebrar la vida porque la Paz y la Esperanza vino al mundo de una vez y para siempre.


Muy bien por los Scouts que cumpliendo con el mandato de su fundador Baden Powell están dejando el mundo en mejores condiciones del que lo encontraron,  pero la tarea de regar la tierra de esperanza y paz no es solo de los scouts, es nuestra, es de todos, y  el Señor nos llama a ser luz, salir al encuentro del otro y unir nuestros pequeños fueguitos en una gran fogata que ilumine y alegre este pedacito de historia que nos toca vivir. “Si somos lo que tenemos que ser, prenderemos fuego al mundo entero” decía Santa Catalina de Siena, Dios quiera que esta Navidad el Niño Jesús encienda los corazones con su infinito Amor  y podamos descubrir una vez más esa verdad simple que se esconde en nuestras almas, que todos somos hermanos, y que como hermanos podamos construir la Paz en el mundo, Paz fundada en la Caridad que al decir de Benedicto XVI, caridad, no es otra cosas, que buscar el Bien del Otro.  



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