Por Juan Ignacio Salgado
“…y la Luz
vino al mundo, pero el mundo eligió las tinieblas”… pero no siempre, pero no
todos. Por suerte existe un grupo de hombres y mujeres dispuesto a recibir la
Luz y compartirla, haciendo eco de las palabras del Salvador, que dijo a sus
discípulos “ustedes son la Luz del mundo”.
Desde hace más de 20 años los Scouts del mundo, comparten una tradición muy especial para anunciar la llegada del Salvador. Esta comenzó en 1986, cuando un niño perteneciente al Movimiento Scouts de Austria, peregrinó por primera vez a Belén, en busca de la Luz que permanece encendida en la gruta que brindó abrigo al Divino Niño la noche de la primera Navidad, en donde, con el nacimiento de Jesús se anunció la Paz al mundo.
Esta
peregrinación en busca de la “Luz de la Paz de Belén” se repite año tras año,
llevando esta Luz encendida como símbolo de esperanza que se comparte y se
reparte, porque cuando este niño vuelve a Austria allí lo esperan scouts de
todo el mundo que van en busca de este hermoso regalo para llevarlo cada cual a
su lugar y así regar la luz de Cristo, Luz que es Fe, Esperanza y Amor, por toda la Tierra.
En nuestro
país se realizó esta ceremonia de entrega en muchas ciudades, y nuestra querida
ciudad de La Plata no fue la excepción. Los Scouts platenses hicieron entrega
de la Luz de Belén en un Campamento organizado por la Copasca Diocesana
(Comisión de Pastoral de Scouts Católicos) en la Parroquia San Benito en Olmos.
Allí
durante la tarde del sábado 7 de Diciembre los chicos hicieron diferentes
actividades en las calles del barrio. Las Ramas más pequeñas, Manada (7 a 11
años) y Unidad (11 a 14 años), caminaron por las calles visitando las casas y
comercios regalando guirnaldas navideñas y pesebres hechos por ellos mismos,
mientras que los scouts mayores, Caminantes (14 a 17 años) y Rovers (17 a 21
años) visitaron los Hogares de ancianos San Benito y Portal del Sol, y el Hospital Especializado San Lucas, en
donde compartieron un tarde de juegos, música y alegría con los abuelos y los pacientes.
Por la
noche reunidos en torno el fogón, signo de fiesta y encuentro predilecto, el
Padre Osvaldo Ballare, Capellán Diocesano del Movimiento, realizo la entrega de
la Luz de la Paz de Belén a los Distintos Grupos, encendiendo las velas y
candiles directamente de la fogata,
porque ese gran fuego que ardía esa noche entre los jóvenes no era otro
que el mismo fuego que arde en la gruta de Belén, y que hoy como hace más de
2000 años nos congrega para celebrar la vida porque la Paz y la Esperanza vino
al mundo de una vez y para siempre.
Muy bien por los Scouts que cumpliendo con el mandato
de su fundador Baden Powell están dejando el mundo en mejores condiciones del
que lo encontraron, pero la tarea de
regar la tierra de esperanza y paz no es solo de los scouts, es nuestra, es de
todos, y el Señor nos llama a ser luz,
salir al encuentro del otro y unir nuestros pequeños fueguitos en una gran
fogata que ilumine y alegre este pedacito de historia que nos toca vivir. “Si
somos lo que tenemos que ser, prenderemos fuego al mundo entero” decía Santa
Catalina de Siena, Dios quiera que esta Navidad el Niño Jesús encienda los
corazones con su infinito Amor y podamos
descubrir una vez más esa verdad simple que se esconde en nuestras almas, que
todos somos hermanos, y que como hermanos podamos construir la Paz en el mundo,
Paz fundada en la Caridad que al decir de Benedicto XVI, caridad, no es otra
cosas, que buscar el Bien del Otro.
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