Por Nora Pflüger
Teresa
amó a Jesús con todo su ser, desde lo más profundo de su identidad femenina.
Santa Teresa de Jesús –o Teresa de Ávila- es
una de las más grandes místicas de la Historia de la Iglesia, con un modo
específicamente femenino de experimentar su relación con Dios, y especialmente
con Jesucristo.
En el libro “La fuerza de la mujer en Teresa
de Jesús”, de María Rosaura González Casas (Ed. Claretiana, Buenos Aires,
2007), la autora analiza algunos rasgos de la espiritualidad de la gran
carmelita española, situados precisamente en esa zona de unión entre el ser
mujer y el ser cristiana.
Amor de agradecimiento y receptividad:
libre de ciertas teorizaciones filosóficas que oponían cuerpo y alma, más
propias, en aquel tiempo, de la mentalidad racionalista y dualista de los
varones, Teresa vive la necesidad de unión con Dios en la integridad de su
naturaleza, y se hace receptiva a esta unión no sólo con su alma, sino también
con su sensibilidad y sus sentidos. La santa valora hondamente lo que recibe
del Señor y nos habla de la “gratuidad” del amor de Dios hacia nosotros.
Relación con Cristo: para Teresa, es
necesario contemplarlo como Dios y como
Hombre, imaginar y recordar lo que sufrió por todos y cada uno, vivir la
“com-pasión” por Él.
Relación que transforma: amor de
enamoramiento: Teresa ama a Cristo con todo su ser y en este amor se da un
“ensanchamiento del alma” y un transformarse poco a poco en el Amado.
Matrimonio espiritual: su vinculación
con Jesús es una mutualidad, un permanente dar y recibir, en el que involucra
toda su humanidad de mujer.
Amor de solidaridad: la relación de
intimidad y unión con Cristo la conduce a compartir su vida, dolores e
intereses para la salvación de las almas. De ese modo se preocupa por sus
hermanas de comunidad, por los que padecen necesidades y peligros, por los
espíritus extraviados, por los que se apartan de Jesús.
Sin haber sido ella una “feminista” en el
sentido moderno del término, y sin haberse alejado de las condiciones que le
imponía la época, el testimonio de mujer auténtica de Teresa sigue siendo,
todavía hoy, un ejemplo y un desafío.
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