Por Hna.
Silvia de la Misericordia de Dios
¿Por qué
celebrar 500 años del nacimiento de una persona? Y, ¿quién habrá sido para que
después de tanto tiempo se la recuerde y celebre?
Teresa, una
mujer bella e Inteligente. De carácter apasionado. Con corazón capaz de amar
hasta el extremo. Amiga de tener amigos. Con firmeza o “determinada
determinación”. De profundidad espiritual. Con su humanidad a cuestas, pero
sabedora –por sabiduría más que por ciencia- de su gran dignidad personal.
Teresa de
Ahumada. Luego, de Jesús. Hoy: Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia y
Maestra de Oración. El 28 de marzo de 2015, recordamos que hace 500 años nació
esta niña que se transformaría en una mujer audaz, sedienta de Dios, y tan
buscadora que llegó a ser en una experta de los caminos interiores en su época,
y en la nuestra.
Una mujer
madura, humana, afable. Una religiosa, monja, que arrastró con su carisma a las
jóvenes que veían en ella lo que ellas mismas deseaban ser. Grande fue el
ímpetu del amor que la movía que con unas “cuatro pobrecitas” emprende una de
las fundaciones más famosas de la historia: las Carmelitas Descalzas.
Pero cómo no
recordar que esta carismática mujer, envidiada por algunos y alabada por otros,
convence también a dos hombres para que comiencen la rama masculina de su
fundación. Uno de ellos, un frailecito pequeño, más joven. Hoy el gran místico
y maestro San Juan de la Cruz, con quien inicia Teresa la fundación de los
frailes Carmelitas Descalzos. ¡Una mujer cinco siglos atrás fundando una rama
religiosa masculina! Algo nunca visto. Ya esto asombra.
Pero más
asombra lo que Teresa nos enseñó con lenguaje tan simple: que somos personas de
gran dignidad, que “no estamos huecos en lo interior”, que ¡somos portadores
del mismo Dios! Y que lo podemos encontrar dentro nuestro si le hablamos como a
un Amigo. Con palabras sencillas, porque “no está la cosa en pensar mucho, sino
en amar mucho”. Y así, como queramos hallaremos a Jesús muy cerca nuestro,
porque “hasta en los pucheros anda el Señor”, y todo se nos hará poco,
“olvidará sus dolores por consolar los nuestro”. Teresa nos hace caer en la
cuenta de que Jesús “no está esperando otra cosa sino que lo miremos” y como
maestra de oración nos dice que a Él le importa mucho las cosas que nos
afectan, por eso nos aconseja que “no estemos sin tan buen Amigo al lado”, que
busquemos estar “muchas veces tratando a solas con quien sabemos que nos
ama”…
Recordamos a
Teresa de Jesús hoy, porque su vida ilumina la nuestra, y su camino de
encuentro con Dios se convirtió en un camino a seguir que nos lleva a entrar
por la “puerta de la oración”.
Una santa
mujer que regala esperanza, amor a Jesús y los suyos, hondura y sentido de la
vida a lo largo de500 años es digna de ser celebrada, no?
Si querés
más información sobre Santa Teresa de Jesús y la oración podés encontrarla en
el blog esmuybuenamigocristo.wordpress.com, nuestro facebook Carmelitas Descalzas Córdoba, también Carmelitas
Descalzas Asociación Luján.
Acá un poema
de ella que para que te acompañe:
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
¡Sólo Dios basta !
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