sábado, 15 de noviembre de 2014

Editorial - COMUNIDAD: A VER SI NOS PASA COMO EN POMPEYA…



  Para formar comunidad, no basta decir que el hombre es por naturaleza un ser social. Hace falta superar el individualismo, luchar contra nuestras tendencias egoístas, incluso renunciar a algunas satisfacciones por el bien de los demás.

  En nuestro país, estamos acostumbrados a exigir que la sociedad satisfaga nuestras necesidades,  pero no nos hemos educado para respetar la “cosa pública”, y eso se advierte todos los días, desde la asquerosa desprolijidad  que dejamos en los baños de uso común hasta el destrozo de las luminarias de la calle… y así andamos, hasta que alguna catástrofe nos moviliza el
corazón (o los pies) y nos recuerda que no podemos sobrevivir solos.

  ¿Habrá que esperar a que lluevan piedras para empezar a cuidar el techo que nos cobija a todos? ¿Será necesario que caiga azufre del cielo, como en Sodoma y Gomorra, para valorar lo que significaba vivir en una civilización, cuyas leyes transgredíamos sin pensar en las consecuencias? ¿Y qué tal si a algún volcán a aparentemente manso se le ocurriera despertar de golpe de la siesta, como en Pompeya? ¿Cuál sería nuestra reacción? ¿Sacrificarnos por salvar al prójimo, o salir disparando?

  Esfuerzo, valentía, renuncia, paciencia, tolerancia… son las antiguas virtudes, las virtudes de siempre, las que pueden edificar en nosotros  la auténtica condición de “seres sociales”.



La Redacción