domingo, 18 de enero de 2015

Editorial - CULTURA DEL DESCARTE: Los viejos... ¡A otro planeta!

Parece ciencia-ficción, o una película sobre los nazis –de ésas bien , pero bien malas, que veíamos de niños por TV- , pero se dice que en la próximas décadas habrá vuelos tripulados al planeta Marte, con pasaje de ida, pero no de vuelta,  y que a bordo irán las personas más ancianas de la sociedad.
  ¿Disparate? Un moderno país de Oriente, donde la casa es chica, se entusiasmó de inmediato con la idea y ya está armando una lista de futuros abuelos “descartables”.
  ¡Qué tanto hacernos mala sangre por si el día de mañana podremos seguir ocupándonos de los abuelitos, o de papá y mamá, si tendremos que ponerlos en un asilo o procurarles ayuda domiciliaria! Será cuestión de meter al viejo o a la vieja en un cohete… ¡y listo! A no afligirnos más.
  A eso hemos llegado.
  Empezamos por el mandato social del “úselo y tírelo”, aplicado a las cosas, con el que perdimos el criterio para el recto uso de los bienes y el valor de los recuerdos. Y ahora lo queremos aplicar a las personas.
  Nuestro Papa Francisco nos pide que no desechemos a nadie, que tratemos con especial delicadeza a los niños, los débiles y los ancianos y que respetemos “el conjunto de la Creación” (Exhortación apostólica “Evengelii Gaudium”, 209-216: “Cuidar la fragilidad”).

  Qué bueno sería que en este nuevo año hiciéramos un esfuerzo para recuperar la sensibilidad ante los dones –materiales y espirituales- que hemos recibido y el sentido de la dignidad de todo ser humano. 


                                      La Redacción