Experiencia de
la celebración por los 200 años del nacimiento de San Juan Bosco desde Turín,
Italia
Por Juan Pablo Moreno
Aprovecho esta edición “libre” en
cuanto a la temática a escribir que nos tomamos este mes
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La casa Valponasca, lugar donde paso gran parte de su vida María Mazzarello |
en la revista para
contarles algunas memorias sobre una de esas cosas que en el universo juvenil
católico suelen llamarse “experiencias
fuertes”. Yo tuve una de estas experiencias el pasado mes de agosto en
Turín, Italia, celebrando el cumpleaños número 200 del santo fundador de la
congregación salesiana, Don Bosco.
La aventura comenzó el 6 de agosto
por la noche, era jueves y tan
solo faltaban diez días para que, en el cielo,
uno de los tantos intercesores que Dios se busca para hacer de las suyas sople
200 velas; y, en la tierra, jóvenes de todo el mundo festejen y recuerden la
vida
de su padre y maestro. Algunos de todos esos jóvenes íbamos a tener la
gracia de celebrar esta fiesta junto a otros 5.000 de todos los rincones del
mundo, junto al Rector Mayor de los salesianos, Don Ángel Artime, y a la Madre
General de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Yvonne Reugoat. Partí desde
Argentina ese 6 de agosto acompañado por un grupo de personas maravillosas,
unos 25 Jóvenes apasionados por Jesús y amantes del carisma de Don Bosco que
hicieron a esta “experiencia fuerte”,
inolvidable. Aprovecho para mandarles un afectuoso saludo, si es que alguno de
ellos me está leyendo ahora.
Una vez llegados al país de las
pastas caseras y de las pizzas tradicionales no iríamos directo a Turín, sino
que pasaríamos tres días en Mornese, la tierra donde nació, vivió y realizo su
obra Santa María Dominga Mazzarello quien fundó a las Hijas de María
Auxiliadora y colaboro con Don Bosco en su tarea por los jóvenes más pobres,
pero dedicándose a las chicas. ¿Qué puedo decir de esos maravillosos días?...
Fue
lo más parecido a un retiro espiritual en el que aprendí muchísimo sobre la
vida de una gran santa y de una gran mujer. Visitamos, entre otros lugares, la
casa donde nació; la muy famosa casa Valponasca, desde donde por una pequeña
ventana Maín (a
sí se apodaba María Mazzarello) adoraba a Jesús presente en la
parroquia del pueblo que se veía a lo lejos, más allá de campos cubiertos de viñedos;
la parroquia donde fue bautizada y construyo su vida de fe; el primero oratorio
festivo en donde pasaba el tiempo educando y enseñando costura a las chicas del
pueblo; el lugar donde Maín tiene la visión un colegio repleto de niñas y
jóvenes y la Virgen María le dice “A ti te las confío”; y ese colegio, el
primer colegio de las Hijas de María Auxiliadora, cuna de una misión que le
cambiaria la vida a muchas y muchos jóvenes de todas partes del mundo. Dentro
de los cuales me incluyo ya que pase toda mi infancia y mi adolescencia
respirando el aire salesiano en un colegio María Auxiliadora.
Luego de todo esto sí nos pusimos
rumbo a Turín (tierra natal de Don Bosco) creyendo que ya habíamos vivido
demasiado, pero Don Bosco nos tenía guardado mucho más… seis días a pleno,
compartiendo con jóvenes salesianos de muchísimos países que al grito de “San
Juan Bosco, bienvenido” y “Salesiano batti le mani” no paraban de dar gracias a
Dios por ser parte del gran sueño de Don Bosco y, que día a día, se sigue
haciendo realidad en los patios de las casas salesianas del mundo.
En Turín he visitado lugares
maravillosos, como la Basílica de María Auxiliadora, el oratorio de Valdocco,
las parroquias en donde Don Bosco fue poco a poco aprendiendo lo que Dios le
pedía y realizando su obra a partir de la voluntad de Él. Los colegios
salesianos posteriores a la vida de Don Bosco que, persiguiendo el mismo sueño,
le dan sentido a la vida de miles de jóvenes dentro de sus espacios; el Colle
Don Bosco, en donde nació y vivió sus primeros años, la Basílica levantada en
su memoria y muchísimos lugares más que marcaron la vida de Juan Bosco para el
bien de las almas de los jóvenes más pobres. Contar todo lo que
viví durante
esos días resulta algo difícil, no solo por la extensión de este artículo, sino
porque no sería capaz de formular tantos hermosos sentimientos que me invadían
por todas partes mientras visitaba estos lugares. Pero a pesar de esto voy a
intentar contarles tres momentos que marcan la diferencia entre un viaje
turístico “por placer” y una “experiencia
fuerte”.
El primero de ellos es lo que voy a
llamar un momento espiritual. Fue el
14 de agosto por la noche, estaba en la Basílica María Auxiliadora y era la
primera vez que la visitaba (tuve la oportunidad de visitarla dos veces durante
el encuentro), pasada la primera emoción por
entrar a ese fantástico lugar y
ver los restos de Don Bosco, de la Madre Mazzarello, de Santo Domingo Savio,
recorrer el oratorio, las habitaciones donde Don Bosco vivía y contemplar la
hermosa pintura que expone a María Auxiliadora rodeada por los doce apóstoles y
por ángeles, tuvimos un momento mariano de contemplación y oración. Durante años
había querido ver ese cuadro ya que desde chico observaba su imagen en mi
colegio y llamaba mi atención de una forma particular. Pero como les decía, durante
ese momento pude tener un profundo momento de oración contemplando a la virgen
a la que siempre me encomiendo, algo que recuerdo con mucha alegría y emoción.
El segundo momento podría llamarse un
momento de comunidad. Se trata, en
realidad, de varios momentos compartidos junto a jóvenes de otros lugares del
mundo. Se lograría resumir en los encuentros multitudinarios en el PalaRuffini
o en la peregrinación a la Basílica Colle Don Bosco. Fueron momentos
compartidos en los que, a pesar del idioma y la cultura, se lograba entender y
admirar los diversos matices que el movimiento juvenil salesiano tiene
alrededor del mundo. Recuerdo con especial agrado a jóvenes de Haití, de Guatemala,
de Estados Unidos, de Italia, de Brasil y a muchas otras personas que conocí de
otros lugares de Argentina. Hermosos recuerdos de una muy heterogenia y
agradable comunidad.
El tercer y último momento es un momento de fiesta. Este gran momento se
dio a las 00.00Hs del 16 de agosto; en el ambiente se respiraba mucha alegría y
expectativa, todos nos habíamos congregado en el escenario plantado frente a la
puerta de la basílica para cantar el feliz cumpleaños. Llovía, hasta quizás
hacia frio pero a nadie parecía molestarle ni tampoco quitarle la emoción de
haber peregrinado hasta allí. A pesar del mal tiempo y gracias al esfuerzo de
los que trabajaron en ese lugar, el escenario pudo iluminarse y el sonido
funcionar perfectamente; el rector mayor y la madre general aparecieron para
convocar a los pocos que quedaban dispersos protegiéndose de la lluvia, se
cantaron algunas canciones y poco a poco algunos comenzaron la “cuenta
regresiva”. 5… 4… 3… los gritos de los jóvenes de todas partes del mundo era
ensordecedor, nuestros corazones latían al mismo ritmo. 2… 1… ya todo estaba
listo. 0… los gritos de alegría llenaron el ambiente y cuando la Basílica Colle
Don Bosco se iluminó y en sus dos torres se proyectaron una imagen de Don Bosco
y una de María todos volteamos y dimos gracias por ser parte, otra vez, del
sueño de Juan Bosco.
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Monumento a María Mazzarello levantado frente a la casa de Valponasca |
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Vista de la famosa ventana desde donde Maín contemplaba la parroquia y adoraba al Santísimo |
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Pequeña capilla construida por las Hijas de María Auxiliadora en la casa Valponasca |
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Altar dedicado a María Auxiliadora a unos metros del frente de la casa Valponasca |
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Esquina de Mornese donde María Mazzarello tuvo la visión del primer colegio María Auxiliadora, en donde la Virguen le decia 'A tí te las confio' |
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Placa en la puerta de la casa que fue el primer oratorio festivo dedicado a las chicas de Mornese |
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Selfie del grupo que viaje junto a la Madre Ivonne, Madre General de las Hijas de María Auxiliadora |
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Famosa pintura en una pared del colegio María Auxiliadora de Mornese en donde se muestra el encuentro de Don Bosco y María Mazzarello |
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Fachada del primer colegio María Auxiliadora que la virguen le mostro a Maín |
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Selfie con los jóvenes del grupo y Don Angel Artime, Rector Mayor de los salesianos |
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Interior del PalaRuffini, lugar donde se realizaban los encuentro multitudinarios junto a todos los jóvenes del mundo |
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Detalle de la fachada de la Basílica María Auxiliadora de Turín. Lugar que comenzo a construir Don Bosco en honor a la virgen |
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Cuadro de María Auxiliadora sobre el altar mayor en el interior de la Basílica |
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Selfie con los jóvenes del grupo y Don Angel Artime, Rector Mayor de los salesianos |
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Conferencia de los jóvenes argentinos con el Rector Mayor |
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Oratorio de Valdocco, lugar donde Don Bosco realiza su mayor obra con los jóvenes |
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Fachada de la Basílica de María Auxiliadora, delante de esta, un monumento levantado a Don Bosca |
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Jóvenes en peregrinación al Colle Don Bosco |
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Basílica en el Colle Don Bosco |
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Fachada iluminada de la Basílica a las 00.00Hs. del 16 de agosto |
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Escenario armado frente al Colle Don Bosco para la celebración de su cumpleaños |
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Estatua levantada en el lugar donde nació Don Bosco |
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Fachada de la casa donde vivió toda su infancia San Juan Bosco |
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Cruz llevada por jóvenes de distintos paises para la celebración de la misa de cierre |
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Misa del cierre de la celebración del bicentenario de Don Bosco celebrada por el Rector Mayor |
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