lunes, 8 de febrero de 2016

Crónica de una semana junto a vos, ¡Don Bosco!

Experiencia de la celebración por los 200 años del nacimiento de San Juan Bosco desde Turín, Italia

Por Juan Pablo Moreno

Aprovecho esta edición “libre” en cuanto a la temática a escribir que nos tomamos este mes
La casa Valponasca, lugar donde paso gran parte de su vida María Mazzarello
en la revista para contarles algunas memorias sobre una de esas cosas que en el universo juvenil católico suelen llamarse “experiencias fuertes”. Yo tuve una de estas experiencias el pasado mes de agosto en Turín, Italia, celebrando el cumpleaños número 200 del santo fundador de la congregación salesiana, Don Bosco.
La aventura comenzó el 6 de agosto por la noche, era jueves y tan
solo faltaban diez días para que, en el cielo, uno de los tantos intercesores que Dios se busca para hacer de las suyas sople 200 velas; y, en la tierra, jóvenes de todo el mundo festejen y recuerden la vida de su padre y maestro. Algunos de todos esos jóvenes íbamos a tener la gracia de celebrar esta fiesta junto a otros 5.000 de todos los rincones del mundo, junto al Rector Mayor de los salesianos, Don Ángel Artime, y a la Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Yvonne Reugoat. Partí desde Argentina ese 6 de agosto acompañado por un grupo de personas maravillosas, unos 25 Jóvenes apasionados por Jesús y amantes del carisma de Don Bosco que hicieron a esta “experiencia fuerte”, inolvidable. Aprovecho para mandarles un afectuoso saludo, si es que alguno de ellos me está leyendo ahora.
Una vez llegados al país de las pastas caseras y de las pizzas tradicionales no iríamos directo a Turín, sino que pasaríamos tres días en Mornese, la tierra donde nació, vivió y realizo su obra Santa María Dominga Mazzarello quien fundó a las Hijas de María Auxiliadora y colaboro con Don Bosco en su tarea por los jóvenes más pobres, pero dedicándose a las chicas. ¿Qué puedo decir de esos maravillosos días?... Fue lo más parecido a un retiro espiritual en el que aprendí muchísimo sobre la vida de una gran santa y de una gran mujer. Visitamos, entre otros lugares, la casa donde nació; la muy famosa casa Valponasca, desde donde por una pequeña ventana Maín (a sí se apodaba María Mazzarello) adoraba a Jesús presente en la parroquia del pueblo que se veía a lo lejos, más allá de campos cubiertos de viñedos; la parroquia donde fue bautizada y construyo su vida de fe; el primero oratorio festivo en donde pasaba el tiempo educando y enseñando costura a las chicas del pueblo; el lugar donde Maín tiene la visión un colegio repleto de niñas y jóvenes y la Virgen María le dice “A ti te las confío”; y ese colegio, el primer colegio de las Hijas de María Auxiliadora, cuna de una misión que le cambiaria la vida a muchas y muchos jóvenes de todas partes del mundo. Dentro de los cuales me incluyo ya que pase toda mi infancia y mi adolescencia respirando el aire salesiano en un colegio María Auxiliadora.
Luego de todo esto sí nos pusimos rumbo a Turín (tierra natal de Don Bosco) creyendo que ya habíamos vivido demasiado, pero Don Bosco nos tenía guardado mucho más… seis días a pleno, compartiendo con jóvenes salesianos de muchísimos países que al grito de “San Juan Bosco, bienvenido” y “Salesiano batti le mani” no paraban de dar gracias a Dios por ser parte del gran sueño de Don Bosco y, que día a día, se sigue haciendo realidad en los patios de las casas salesianas del mundo.
En Turín he visitado lugares maravillosos, como la Basílica de María Auxiliadora, el oratorio de Valdocco, las parroquias en donde Don Bosco fue poco a poco aprendiendo lo que Dios le pedía y realizando su obra a partir de la voluntad de Él. Los colegios salesianos posteriores a la vida de Don Bosco que, persiguiendo el mismo sueño, le dan sentido a la vida de miles de jóvenes dentro de sus espacios; el Colle Don Bosco, en donde nació y vivió sus primeros años, la Basílica levantada en su memoria y muchísimos lugares más que marcaron la vida de Juan Bosco para el bien de las almas de los jóvenes más pobres. Contar todo lo que viví durante esos días resulta algo difícil, no solo por la extensión de este artículo, sino porque no sería capaz de formular tantos hermosos sentimientos que me invadían por todas partes mientras visitaba estos lugares. Pero a pesar de esto voy a intentar contarles tres momentos que marcan la diferencia entre un viaje turístico “por placer” y una “experiencia fuerte”.
El primero de ellos es lo que voy a llamar un momento espiritual. Fue el 14 de agosto por la noche, estaba en la Basílica María Auxiliadora y era la primera vez que la visitaba (tuve la oportunidad de visitarla dos veces durante el encuentro), pasada la primera emoción por entrar a ese fantástico lugar y ver los restos de Don Bosco, de la Madre Mazzarello, de Santo Domingo Savio, recorrer el oratorio, las habitaciones donde Don Bosco vivía y contemplar la hermosa pintura que expone a María Auxiliadora rodeada por los doce apóstoles y por ángeles, tuvimos un momento mariano de contemplación y oración. Durante años había querido ver ese cuadro ya que desde chico observaba su imagen en mi colegio y llamaba mi atención de una forma particular. Pero como les decía, durante ese momento pude tener un profundo momento de oración contemplando a la virgen a la que siempre me encomiendo, algo que recuerdo con mucha alegría y emoción.
El segundo momento podría llamarse un momento de comunidad. Se trata, en realidad, de varios momentos compartidos junto a jóvenes de otros lugares del mundo. Se lograría resumir en los encuentros multitudinarios en el PalaRuffini o en la peregrinación a la Basílica Colle Don Bosco. Fueron momentos compartidos en los que, a pesar del idioma y la cultura, se lograba entender y admirar los diversos matices que el movimiento juvenil salesiano tiene alrededor del mundo. Recuerdo con especial agrado a jóvenes de Haití, de Guatemala, de Estados Unidos, de Italia, de Brasil y a muchas otras personas que conocí de otros lugares de Argentina. Hermosos recuerdos de una muy heterogenia y agradable comunidad.

El tercer y último momento es un momento de fiesta. Este gran momento se dio a las 00.00Hs del 16 de agosto; en el ambiente se respiraba mucha alegría y expectativa, todos nos habíamos congregado en el escenario plantado frente a la puerta de la basílica para cantar el feliz cumpleaños. Llovía, hasta quizás hacia frio pero a nadie parecía molestarle ni tampoco quitarle la emoción de haber peregrinado hasta allí. A pesar del mal tiempo y gracias al esfuerzo de los que trabajaron en ese lugar, el escenario pudo iluminarse y el sonido funcionar perfectamente; el rector mayor y la madre general aparecieron para convocar a los pocos que quedaban dispersos protegiéndose de la lluvia, se cantaron algunas canciones y poco a poco algunos comenzaron la “cuenta regresiva”. 5… 4… 3… los gritos de los jóvenes de todas partes del mundo era ensordecedor, nuestros corazones latían al mismo ritmo. 2… 1… ya todo estaba listo. 0… los gritos de alegría llenaron el ambiente y cuando la Basílica Colle Don Bosco se iluminó y en sus dos torres se proyectaron una imagen de Don Bosco y una de María todos volteamos y dimos gracias por ser parte, otra vez, del sueño de Juan Bosco.
Monumento a María Mazzarello levantado frente a la casa de Valponasca
Vista de la famosa ventana desde donde Maín contemplaba la parroquia y adoraba al Santísimo

Pequeña capilla construida por las Hijas de María Auxiliadora en la casa Valponasca
Altar dedicado a María Auxiliadora a unos metros del frente de la casa Valponasca
Esquina de Mornese donde María Mazzarello tuvo la visión del primer colegio María Auxiliadora, en donde la Virguen le decia 'A tí te las confio'
Placa en la puerta de la casa que fue el primer oratorio festivo dedicado a las chicas de Mornese

Selfie del grupo que viaje junto a la Madre Ivonne, Madre General de las Hijas de María Auxiliadora


Famosa pintura en una pared del colegio María Auxiliadora de Mornese en donde se muestra el encuentro de Don Bosco y María Mazzarello


Fachada del primer colegio María Auxiliadora que la virguen le mostro a Maín



Selfie con los jóvenes del grupo y Don Angel Artime, Rector Mayor de los salesianos


Interior del PalaRuffini, lugar donde se realizaban los encuentro multitudinarios junto a todos los jóvenes del mundo
Detalle de la fachada de la Basílica María Auxiliadora de Turín. Lugar que comenzo a construir Don Bosco en honor a la virgen

Cuadro de María Auxiliadora sobre el altar mayor en el interior de la Basílica



Selfie con los jóvenes del grupo y Don Angel Artime, Rector Mayor de los salesianos

Conferencia de los jóvenes argentinos con el Rector Mayor

Oratorio de Valdocco, lugar donde Don Bosco realiza su mayor obra con los jóvenes

 Fachada de la Basílica de María Auxiliadora, delante de esta, un monumento levantado a Don Bosca



 Jóvenes en peregrinación al Colle Don Bosco

Basílica en el Colle Don Bosco

Fachada iluminada de la Basílica a las 00.00Hs. del 16 de agosto

Escenario armado frente al Colle Don Bosco para la celebración de su cumpleaños

Estatua levantada en el lugar donde nació Don Bosco

Fachada de la casa donde vivió toda su infancia San Juan Bosco

Cruz llevada por jóvenes de distintos paises para la celebración de la misa de cierre

Misa del cierre de la celebración del bicentenario de Don Bosco celebrada por el Rector Mayor


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